He perdido memoria. Desde que nació mi niña olvido casi todo, así que, qué remedio, vivo pegada a una agenda. Hasta yo misma me sorprendo cuando repaso las páginas de semanas pasadas. Vaya tonterías me da por escribir.
Hace unas semanas que ando preocupada porque estaba totalmente convencida de que esa pérdida de memoria era algo transitorio y que afectaba sólo y específicamente a aspectos irrelevantes del día a día. Pero no. El paso del tiempo y la aparición de nuevas ilusiones y preocupaciones obligan a que irremediablemente las ilusiones y las preocupaciones del pasado comiencen a difuminarse lentamente.
Es por eso que me he decidido a escribir este blog. A pesar del poco tiempo libre que me queda. Porque no quiero olvidar ni un segundo de lo que he vivido en los últimos veinte meses.