jueves, 19 de febrero de 2015

PERIODISMO DE CALIDAD Y PODEMOS

Estaba viendo Telecinco esta mañana y he sentido la necesidad imperiosa de apagar el televisor. Me produjo esa clase de asco que remueve entrañas y desgarra. Abruma la sutileza con la que juegan con los espacios en televisión: a la izquierda de Ana Rosa, boquiabiertos y descolocados; a la derecha, les faltó darle el Pulitzer al reportero de la cara tapada, por si había represalias y a los estudiantes se les ocurría predicar con ejemplos etarras o bolivarianos -uso estos calificativos como los suele usar Eduardo Inda: a lo loco-.

Resulta que “de incógnito”, entraron en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid y mostraron algunas clases y pasillos. Panorama desolador y de ideología única (de izquierdas), aseguraban algunos tertulianos echándose las manos a la cabeza. Se fuma tabaco: Podemos regala los cigarros y los mecheros. Se fuman porros (o cigarrillos de marihuana, como dijeron con cursilería en ese ejercicio de pseudoperiodismo que sin sonrojarse llamaron reportaje): Podemos es el camello. Hay pintadas antisistema: Podemos lava los cerebros de jóvenes inocentes para que se conviertan al anticapitalismo.

Según nos revela el magnífico documento informativo, allí se adoctrina porque para aprobar las asignaturas de los líderes de Podemos hay que comprar y estudiar sus libros. Bravo por ellos. ¿Periodismo se estudia en la Universidad, no? No sé cuántos libros escritos por profesores tuve que leer en mis años universitarios. Ahora me estoy planteando que posiblemente aquel profesor de Historia de la Lengua quiso adoctrinarme mediante la lectura de su libro en el que desarrollaba la estúpida idea de que el español tenía su origen en el latín. Qué cabrón. Cómo nos engañan, salvando las distancias.

No he estudiado en Madrid, ni ciencias políticas. Pero recuerdo mil y un comentarios políticos en medio de clases de literatura del siglo XIX, de morfosintaxis, o de sociología de la educación. De profesores y de alumnos, of course –es que es venirme a la mente José María y se me despierta la tejana que llevo dentro-. Gobernaba Aznar en uno de aquellos comentarios que hizo un profesor asegurando que lo del PP era un auténtico misterio porque “nadie” les votaba, pero siempre ganaban. ¡¿Que lo lleven preso?!

Comentarios ofensivos o, como mínimo, burlones, han llenado los programas de “tertulia política” estas semanas. Pablo Iglesias tiene un inglés patético, “bueno, el que se enseña en España” -cito literalmente a Pilar García de la Granja-; Errejón es un becario corrupto; Teresa Rodríguez hace nudismo (signo evidente de que es una antisistema que dinamitará la democracia); Juan Torres (economista que colaboró en el proyecto económico) es sospechosamente respetuoso y educado –esto lo afirmo yo, que también sé echar leña al fuego-; Monedero cobra mucho para declarar ser un perroflauta. Y penosos etcéteras infinitos.

Pablo Iglesias se ha hartado de explicar que en Podemos quieren contar con expertos en cada uno de los temas (expertos en economía, expertos en educación, expertos en sanidad…) antes de definir y establecer su Programa; precisamente por evitar esa extraña capacidad –o súperpoder- de los políticos para servir para todo, como ser hoy portavoz del grupo popular en el Congreso y mañana ministro de sanidad siendo licenciado en filología románica y derecho (lo que se dice un experto en sanidad, en toda regla), por ejemplo. Así que al señor Iglesias, que ha declarado sin pudor no ser un experto en economía, lo crucifican con dardos porque en su gira por Estados Unidos confundió no sé qué organismo con no sé qué otro.

Con honestidad, pensé que lo darle voz y sus minutos de pena a la alcaldesa del PP que aseguró haber suspendido la asignatura de Pablo Iglesias “por llevar perlitas” –y que después rectificó: “fue sólo una vez, y posiblemente no tenía el conocimiento suficiente para aprobar”-, era el techo de la desvergüenza, del antiperiodismo, de lo absurdo.

Lo pienso fríamente y me estremezco. Horas y horas dedicadas en los medios de comunicación para desacreditar a un partido emergente sobre el que cada individuo debería poder decidir libremente si está a favor o en contra, a través de informaciones plurales, pero serias, con rigor y de calidad. Este juego sucio que llueve sobre Podemos invita a sospechar que hay algo en este sistema que algunos no quieren que se quebrante.

Pero mientras, lo de Bankia, o lo de Gürtel, o lo de Nóos, son una gilipollez que nada tiene que ver con nuestra miseria.

Pero mientras, el parlamento vota unánimamente por imponer el ajedrez en los centros educativos… Atención, amigos. No votaron unánimamente por contratar a más profesores, o por garantizar una preparación adecuada a los futuros docentes en las facultades, o por incrementar el gasto en Educación. No. Votaron UNÁNIMAMENTE por enseñarles a los niños ajedrez…                  Voy a llorar.

Pero mientras, imputados, imputados, imputados, d..imputados, diputados, diputados.

Pero mientras, desahucios y niños con hambre. Sanidad y Educación de copago. Autónomos ahogados…



-Ahora conviene pedir disculpas por la demagogia y populismo (palabrotas de moda que se relacionan siempre con Podemos) derrochados en estos últimos párrafos-


Continúo: …Pero lo importante, lo verdaderamente importante, es que para entrar en la biblioteca de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, hay que pasar por un pasillo en el que los estudiantes, animados por Podemos, fuman porros.


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